Un ciberataque en un hospital pone en jaque al inspector Sarahoui y a su equipo

Elias y Vanesa se enfrentan a una nueva investigación. Se trasladan al Hospital Universitario de Estrasburgo, donde el ala de Patología ha quedado bloqueada por un ciberataque. La responsable del área está alarmada: todo el sistema está informatizado y la vida de los pacientes corre peligro. Aunque el centro dispone de generadores de reserva, solo pueden emplearse en reanimación, y reubicar a los enfermos no es viable: muchos no pueden ser trasladados por su estado crítico y las demás unidades están saturadas.

Claire Sorel llama a Elías para compartir lo averiguado: el virus es muy sofisticado y su equipo no podrá eliminarlo. Sospechan de una residente de cirugía hepática, señalada como la posible hacker. Sin embargo, la hipótesis se desmorona cuando Vanesa y el inspector descubren que la joven se ha quitado la vida y que su hígado será utilizado en un inminente trasplante. El inspector Sarahoui plantea entonces una nueva línea: quizá el autor del ciberataque sea un familiar contrario a la donación de órganos. ¿Estará en lo cierto?