En el capítulo anterior vimos como Ulises le decía a Ainhoa que la quería. Está enamorado de ella casi desde el primer día que pisó el Estrella Polar, lo que pasa es que por circunstancias de la vida empezó una relación con Julia.

Ulises le pide a Ainhoa la misma sinceridad que él ha tenido con ella. Le confiesa que casa vez que la ve o que está cerca de ella el corazón se le revoluciona. Pero Ainhoa no es capaz de darle una respuesta a su pregunta si él sigue su relación con Julia. El problema es que desde que está encerrado en la bodega, no ha podido verla porque Julia no le ha hecho ninguna visita. Sabe que si le ve, Ulises querrá dejar su relación con ella.

Mientras tanto, Ainhoa no puede dejar de pensar en él y quiere pasar más tiempo juntos. Por eso, decide desafiar las normas de su padre y se cuela en la bodega dentro de una caja.

Ainhoa, en un gesto muy romántico, lleva tierra y semillas para hacer un huerto y que así Ulises vuelva a oler la tierra mojada que tanto extraña.

Pasan la noche juntos en la bodega hasta que Ainhoa se despierta y ve a Ulises desvanecido en el suelo. El polizón se ha intoxicado para que le lleven a la enfermería y poder hablar así con Julia de su relación.

Ainhoa ha sido castigada por colarse en la bodega, y Vilma le lleva un walkie para que pueda hablar con Ulises. En ese mismo momento descubre que ya no hay impedimentos para que sean novios formales. ¿Durarán mucho como pareja?