Vera acude a la costa tras haber aparecido el cadáver de un joven flotando en la orilla. Cuando llega, después de haberse perdido un par de veces, acude a ver a Malcolm, el forense encargado de sacar las primeras conclusiones de las causas de la muerte. Malcolm no parece de muy buen humor por la mañana. No ha conseguido demasiada información y las preguntas de Vera le empiezan a incomodar. A Vera no le gusta ver de tan mal humor a su forense favorito.