Paco Miranda se muda con su familia para iniciar su profesión de policía en un nuevo barrio: San Antonio. Se le considera un inspector bonachón pero es incapaz de enfrentarse a situaciones críticas. Acompañado siempre de Mariano y Lucas, son tres perdedores que viven toda clase de situaciones disparatadas. El jefe de Paco es su suegro, Don Lorenzo, un hombre de honor, estricto y a la vez cascarrabias.